El Colegio Alemán Alexander von Humboldt en la Ciudad de México es una institución educativa reconocida por el gobierno alemán como una institución de excelencia. Mantiene relaciones con universidades alemanas e instituciones de educación superior con el objetivo de ofrecerles a sus alumnos una amplia variedad de opciones en Alemania que sean de su interés. De la misma manera, el Colegio Alemán les abre sus puertas a los estudiantes alemanes de docencia para que realicen sus prácticas profesionales. Desde hace dos años existe este acuerdo también entre el Colegio y la Universidad de Leipzig.
Los invitamos a leer la experiencia de nuestra más reciente practicante, Michelle Rousseau, de la Universidad de Leipzig:
“Viajar sola a México, como mujer, sin contactos en el país ni buenos conocimientos del idioma, eran razones para que todos mis conocidos en Alemania me desalentaran a tomar esta oportunidad. ‘No lo hagas, no sabes en lo que te estás metiendo’, era lo que me decían mis amigos y, la verdad es que tenían razón: No sabía en lo que me estaba metiendo.
En agosto y septiembre tuve el gran privilegio de hacer mis prácticas en la materia de inglés durante cuatro semanas en el Campus Sur del Colegio Alemán. Estaba preparada, aunque llena de incertidumbre, pero el 16 de agosto di el primer paso hacia la metrópoli latinoamericana.
Aun fascinada por las primeras impresiones de la ciudad, el lunes comenzaron las semanas de preparación para el inicio del ciclo escolar para los profesores. Me sorprendió lo cálidos que fueron mis colegas al darme la bienvenida. El director del Campus me saludó con un beso en el cachete y un abrazo. Fue mi primer acercamiento del clima tan acogedor que existe entre los profesores y los que estamos aprendiendo. Estaba fascinada.
Las horas de clase impartidas me dieron una gran alegría y cumplió con todas las expectativas de aprendizaje que yo tenía. Estar tan cerca de otra cultura implicó también cambiar algunas costumbres. Pude notar que los alumnos mexicanos son un poco más inquietos que los alumnos de su edad en Alemania a quienes yo estaba acostumbrada. Además, me llamó mucho la atención el día a día de mis demás colegas. Pude conocer a muchas personas muy interesantes, con quienes conviví mucho, me inspiraron y me aconsejaron para mi camino en el futuro. Yo ya tenía la idea de convertirme en profesora en un Colegio Alemán en el Extranjero y, con esta experiencia, este deseo creció mucho más. Esta práctica fue para mí muy enriquecedora pues me ha señalado el camino para mi futuro.
Por supuesto que no solamente estaba ocupada con clases y mi preparación profesional. Me encontraba en un país con una cultura tan rica, que tenía que salir a descubrir todo lo que tiene para ofrecerles a sus visitantes. Hice pequeños viajes a lugares como Teotihuacán, pero también en un día “cualquiera“ pude vivir lo que es la vida diaria con experiencias como ir al trabajo en metro o comer en una típica cantina mexicana.
México fue para mí una experiencia para el cuerpo y todos mis sentidos. Conocí a mucha gente de todo el mundo, hice amigos, viví lo increíble que es la vida nocturna de la ciudad y probé comida picante.
Todo eso y mucho más hizo que México me robara el corazón. No estaba preparada para eso, lo cual me hace convencerme de que mis amigos tenían razón. En donde por supuesto no la tenían era en los aspectos negativos de los cuales me advertían. Por ejemplo, en el metro me encontré con gente muy amigable. Las personas me ayudaban a bajar de los autobuses, disculparon mis escasos conocimientos del español y me mostraban el camino cuando mi mirada delataba que no sabía en dónde me encontraba.
Mis días en México permanecerán en mi memoria por siempre. Estoy muy agradecida de haber sido valiente y aceptar la aventura de haber venido. Muchas gracias al Colegio Alemán Alexander von Humboldt por esta grandiosa oportunidad y a la señora Ballerstein y al señor Litzenberger por un extraordinario asesoramiento.”
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