Todos los niños del Kindergarten Poniente llegaron muy emocionados. El viernes dejaron su zapato en el salón y hoy, después de lo que pareció un largo fin de semana, llegaron con toda la ilusión del mundo para ver qué les trajo el Nikolaus. Encontraron un pequeño saco con las tradicionales sorpresas: una mandarina, un chocolate, nueces y una galleta de muñeco de jengibre. En todos los salones se escuchó la canción de “Lasst uns froh und munter sein”, como agradecimiento para Nikolaus.
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