Hicimos el ejercicio en el Kindergarten Norte, y aunque algunos niños se sintieron muy incómodos, todos se vistieron de rosa un día en el salón. Al día siguiente tocó vestirse todos de azul o negro y al final de colores.
La dinámica nos ayudó a poder reflexionar que no dejamos de ser quien somos si usamos un color u otro, eso no nos define. Cada quien puede usar los colores que más le gustan. Debemos aprender a respetarnos. Somos quienes somos, independientemente de cómo nos vistamos y qué color nos guste. ¡Todos los colores son para todos!
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