Las culturas prehispánicas concebían a las mariposas monarca como el espíritu del bosque y el símbolo del alma de los difuntos. Ellas anunciaban la llegada de las almas de los fallecidos al mundo de los vivos.
En línea con esta hermosa tradición, en el Kindergarten La Herradura, con la colaboración de las familias, se erigió un altar de muertos en honor a esta hermosa especie. Los niños aportaron mariposas grandes, pequeñas, tridimensionales y con una variedad de materiales y texturas, enriqueciendo con sus colores la ofrenda.
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