¿Qué se siente cuando lo cotidiano se convierte en un reto? Esta pregunta estuvo presente en la mente de los alumnos del Colegio Sur durante su visita a la escuela Fausto, una institución dedicada a niños y jóvenes con discapacidades intelectuales y físicas.
Acompañados por el equipo de terapeutas, los alumnos vivieron de primera mano las experiencias de personas con dificultades visuales, de la marcha y de movilidad. A través de actividades y ejercicios prácticos, pudieron comprender los desafíos diarios a los que se enfrentan estas personas.
Lo más memorable de la jornada fue el cálido intercambio con los estudiantes de la escuela Fausto. Pintar, hacer manualidades, bailar y actuar juntos no solo resultó en creaciones artísticas, sino en valiosos momentos de conexión y aprendizaje mutuo.
Este encuentro enseñó a los participantes la importancia de relacionarse con los demás con apertura y empatía. Lo que para algunos es fácil, no lo es para todos.
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