Las jacarandas florecieron ya y la ciudad se pintó de morado. Una vez más, ¡la primavera llegó! Y con ella también los tan ansiados festejos de Pascua. Cada año, el Colegio Alemán organiza una celebración que se inspira en la festividad alemana de Pascua. En ella, se hacen adornos con ramas de las cuales penden huevos decorados. Los niños, por su parte, pintan cascarones de huevos que después son recogidos por el conejo para rellenarlos de pequeñitas sorpresas y esconderlos en sus casas o jardines. Estos huevos simbolizan la nueva vida, que nos recuerda el florecer de la primavera.
En esta ocasión, se realizaron diversas actividades en la Primaria del Campus Sur. En la mañana del día de hoy 26 de marzo, los alumnos de tercero realizaron una muy linda ceremonia de Pascua para toda la escuela durante la primera hora. En ella se mostraron sus creativas obras de arte: coloridos dibujos que dejaban ver las grandes orejas del conejo de Pascua, entre otras cosas. También cantaron, recitaron versos y bailaron al ritmo de las canciones “Stups, der kleine Osterhase” y “Hoppelhase Hans”.
El festejo continuó en cada uno de los grados. Cada grupo realizó un convivio en la segunda hora, en el que los alumnos pasaron un buen momento entre comida, actividades lúdicas de Pascua y charlas sobre los planes de vacaciones.
Pero, sólo queda preguntarnos una cosa: ¿dónde quedó el conejo de Pascua? ¿Alguien lo vio por ahí? El travieso orejón no se olvidó de los chiquitos de primero y llegó a sus casas para organizar un rally después de la última hora de clases. Dejó un conejito de chocolate con la primera pista y de ahí en adelante los niños fueron buscando huevito tras huevito con las siguientes pistas. ¡Qué singular conejo, que hasta en el congelador de las casas puso un huevito!
Ya empezaron las vacaciones de Pascua y todos los demás niños esperan con gran emoción la visita del conejo de Pascua.
Autora: Susana Martínez Lindthaler
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